Tolerancia selectiva de Esteban Ibarra


Hace unos días, el Movimiento contra la Intolerancia, que preside Esteban Ibarra, presentaba el Informe Raxen 2009, un estudio de 90 páginas que compila diversas muestras de intolerancia y de violencia política o contra determinados grupos sociales en España. El informe dedica sucesivos capítulos a repasar basura ideológica como el racismo, la xenofobia, el antisemitismo, la violencia contra los homosexuales, los grupos neonazis, etc. El informe me ha parecido interesante, pero en sus páginas se echan en falta muchas cosas y se ven discriminaciones muy significativas.

Por poner un ejemplo que me resulta cercano, empezaré por una recopilación de sucesos clasificados por comunidades y que el Movimiento contra la Intolerancia titula “Xenofobia, Racismo, Neofascismo e Incidentes de Odio en España (2008)”. Empieza en la página 55 y en la 73 se ocupa de Galicia. Significativamente, la lista no incluye ni uno solo de los sucesivos actos de violencia cometidos por grupos ultraizquierdistas e independentistas en mi tierra, entre ellos actos de acoso y agresiones contra miembros y simpatizantes de Galicia Bilingüe y de otras entidades cívicas.

De hecho, en todo el documento las manifestaciones de odio y violencia política se limitan a lo que comúnmente se conoce como ultraderecha. No hay menciones a la violencia de la extrema izquierda ni a la violencia de grupos independentistas, a pesar de que en comunidades como el País Vasco, Cataluña y Galicia, estos actos de violencia son cada vez más frecuentes.
Así mismo, el informe menciona expresiones xenófobas como las típicas de “España para los españoles”, mientras silencia las expresiones de odio y exclusión hacia los españoles en general o hacia los castellanohablantes en particular que se dan en algunas comunidades. ¿Acaso el odio y la violencia no son denunciables si los dirige un nacionalista contra los españoles?

Además, en las muestras de antisemitismo denunciadas en el informe no se plasma ni una sola de las cometidas por la izquierda, tanto política como mediática. ¿Será que la judeofobia es disculpable si la destila la izquierda? Del mismo modo, y aunque el apartado “Homofobia” recoge actos de violencia nazi contra los homosexuales en Berlín, ni siquiera se menciona la ejecución de homosexuales en Irán o la brutal homofobia reinante en los países de mayoría musulmana. ¿Será que la homofobia no importa si se da en abundancia en el mundo islámico?

De hecho, el informe dedica un apartado entero a “Manifestaciones de Islamofobia”, es decir, de odio a la religión islámica, pero en todo el estudio no se menciona ni una sola de las muchas manifestaciones de odio y de violencia contra los cristianos, casi todas a manos de una izquierda extremista y cristianofóbica hasta la náusea. ¿Es que la violencia contra los musulmanes es denunciable y la violencia contra los cristianos no lo es?

Lo más sorprendente es ver la misma tónica en el apartado “Violencia Ultra en el Fútbol”, donde la recopilación se limita a los actos de odio y violencia de la basura nazi y racista que se esconde en las gradas de ciertos estadios. Pero ¿y los actos de odio y de violencia de las hinchas independentistas o de extrema izquierda? ¿Es que si un hincha de los Celtarras o los Boixos Nois monta bronca en un estadio es menos condenable que si lo hace un descerebrado de una hinchada nazi?

Cualquiera diría que si la intolerancia procede de la izquierda o del nacionalismo, entonces ya no es intolerancia. Claro que, no sé vosotros, pero a mí cada vez me extraña menos la “tolerancia selectiva” del Movimiento contra la Intolerancia, habida cuenta de que Esteban Ibarra es miembro del patronato de la Fundación Alternativas, considerada el “laboratorio ideológico” del PSOE. El mismo PSOE que rara vez condena los actos de violencia de la extrema izquierda y del nacionalismo más radical, especialmente cuando esa violencia se dirige contra quienes discrepan del PSOE.